Leyenda
Cuenta la historia que un día una lágrima brotó en la Cruz del Sur, gritó y lloró, pero nadie escuchó su lamento. Y comenzó una triste historia.
Él
tenía ganas de gritar pero no podía. Su voz no tenía sonido y sólo podía…
Gemir
con una lágrima seca,
cantar
una melodía gris
y
recitar un poema desfigurado
y
sin sentido.
-“¿Qué
me pasa? ¿Por qué no puedo sentir como antes?”
Era
una pregunta que se hacía constantemente. No podía recordar desde cuando no era
feliz. Es más, tal vez nunca lo había sido. Por otra parte, ¿por qué recién
ahora pensaba eso? ¿Qué significado oculto guardaba la palabra felicidad detrás
de esas letras mágicas?
Un
ángel le recitó un extraño poema…
Felicidad,
canción
mágica.
Melodía
multicolor.
Sonido
que eleva
sus
alas,
al
mundo de los sueños.
Pero él, en realidad, no solía pensar. Parecía
más un ser “casi exacto y perfecto”. No quería intentarlo, antes sí solía
hacerlo, cuando era más joven. Tampoco soñaba. ¿Por qué? En su mente se
dibujaba una tibia respuesta: “las ilusiones no tienen sentido. Son velos que
tapan el sentido matemático de la vida”.
Constantemente se repetía en su mente un
pensamiento claro, aunque confuso: “la fantasía, los sueños, nos hace creer que
hay reglas mágicas que pueden modifica la suma y la resta de la realidad”.
El laberinto con sus múltiples
bifurcaciones, la realidad incierta, no le permitía entender que se estaba
cayendo en el punto más alejado del equilibrio. No sabía que un ángel oscuro le
había escrito un mensaje oculto que decía así:
Sueños
tontos e
inútiles.
Deseo
estúpido
es
pensar
un
paraíso perdido,
cuento
mutilado
de
la fantasía perdida.
El paraíso se convirtió en
un árbol seco sin ilusiones. Una tierra arrasada que está dormida, pero al
mismo tiempo esperando el momento de volver a soñar mundos nuevos.
Se dijo: ¡Qué tonto era de
joven! La fatiga venció a la luz. No era un hombre de mucho pensar aunque
sintiera en su alma escondida. Nuevamente un ángel (el primero) le recitó un
extraño poema:
Abre tus ojos,
como dos alas
mágicas
y recorre el
mundo
con el Alma
nueva
del Amor.
Se acostó para no pensar más. No pudo
dormir bien. Estaba preocupado. Se sentía extraño, como si alguien lo hubiera
golpeado y asaltado, robándole sus sueños.
Colores ciegos,
sendero sin
rumbo
de la
melancolía.
Melodía gris
de la tristeza.
Se levantó temprano. Había tenido una
horrible pesadilla. Alguien lo corría y le ponía un velo oscuro que le impedía
ver. No quiso pensar y por eso salió más temprano de lo habitual.
Pero el milagro se produjo porque su
alma se cansó de vivir en la desesperanza, velo oscuro de la melancolía. Así
pudo distinguir los colores que antes solía ver y leer las letras escondidas de
los mensajes ocultos de los fantasmas (ángeles negros) de la actitud mediocre
ante la vida.
Velos abiertos,
sonidos que
renacen
sin
temor
en
la melodía abierta,
manos
que construyen
sueños
escritos
en
la adivinanza plena
de
un futuro sin temores
y
nostalgia.
Se abrió así una nueva realidad sin
tantas penas y cadenas. Ya nadie habló mal. Y no hubo más gritos, ni golpes, ni
palabras feas que escuchar.
El paraíso volvió a abrir sus puertas
para todos. La Cruz del Sur volvió a nacer en todo su esplendor…Nunca más
ningún ser se atrevió a dudar de su inteligencia e integridad…Las mentes vacías
pidieron disculpas y se rindieron ante él.
Los velos se fueron para siempre. La enseñanza que
quedó será recordada para siempre: nunca se debe desviar la mirada de los
valores auténticos de la vida: el amor, la justicia, la verdad y la armonía. Se
escribió una nueva historia del sol.La alegría volvió a nacer en su corazón. Las lágrimas desaparecieron.
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