domingo, 15 de junio de 2014

ENTRELÍNEAS en la Argentina de hoy (I.S.B.N. 987-1049-26-9) Poemas y escritos varios de Claudia Prieto de Antologías de SADE (Sociedad Argentina de Escritores) - (c) - Claudia Sofia Prieto










          Leyenda
                

               Cuenta la historia que un día una lágrima brotó en la Cruz del Sur, gritó y lloró, pero nadie escuchó su lamento. Y comenzó una triste historia.


         Él tenía ganas de gritar pero no podía. Su voz no tenía sonido y sólo podía…


         Gemir con una lágrima seca,

         cantar una melodía gris

         y recitar un poema desfigurado

         y sin sentido.


         -“¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo sentir como antes?”


         Era una pregunta que se hacía constantemente. No podía recordar desde cuando no era feliz. Es más, tal vez nunca lo había sido. Por otra parte, ¿por qué recién ahora pensaba eso? ¿Qué significado oculto guardaba la palabra felicidad detrás de esas letras mágicas?

         Un ángel le recitó un extraño poema…


         Felicidad,

         canción mágica.

         Melodía multicolor.

         Sonido que eleva

         sus alas,

         al mundo de los sueños.



 Pero él, en realidad, no solía pensar. Parecía más un ser “casi exacto y perfecto”. No quería intentarlo, antes sí solía hacerlo, cuando era más joven. Tampoco soñaba. ¿Por qué? En su mente se dibujaba una tibia respuesta: “las ilusiones no tienen sentido. Son velos que tapan el sentido matemático de la vida”.

Constantemente se repetía en su mente un pensamiento claro, aunque confuso: “la fantasía, los sueños, nos hace creer que hay reglas mágicas que pueden modifica la suma y la resta de la realidad”.

El laberinto con sus múltiples bifurcaciones, la realidad incierta, no le permitía entender que se estaba cayendo en el punto más alejado del equilibrio. No sabía que un ángel oscuro le había escrito un mensaje oculto que decía así:


         Sueños tontos e

inútiles.

         Deseo estúpido

         es pensar

         un paraíso perdido,

         cuento mutilado

         de la fantasía perdida.


         El paraíso se convirtió en un árbol seco sin ilusiones. Una tierra arrasada que está dormida, pero al mismo tiempo esperando el momento de volver a soñar mundos nuevos.

         Se dijo: ¡Qué tonto era de joven! La fatiga venció a la luz. No era un hombre de mucho pensar aunque sintiera en su alma escondida. Nuevamente un ángel (el primero) le recitó un extraño poema:


                   Abre tus ojos,

                   como dos alas mágicas

                   y recorre el mundo

                   con el Alma nueva

                   del Amor.


Se acostó para no pensar más. No pudo dormir bien. Estaba preocupado. Se sentía extraño, como si alguien lo hubiera golpeado y asaltado, robándole sus sueños.


                   Colores ciegos,

                   sendero sin rumbo

de la melancolía.

Melodía gris

de la tristeza.


Se levantó temprano. Había tenido una horrible pesadilla. Alguien lo corría y le ponía un velo oscuro que le impedía ver. No quiso pensar y por eso salió más temprano de lo habitual.

Pero el milagro se produjo porque su alma se cansó de vivir en la desesperanza, velo oscuro de la melancolía. Así pudo distinguir los colores que antes solía ver y leer las letras escondidas de los mensajes ocultos de los fantasmas (ángeles negros) de la actitud mediocre ante la vida.


Velos abiertos,

sonidos que renacen     

         sin temor

         en la melodía abierta,

         manos que construyen

         sueños escritos

         en la adivinanza plena

         de un futuro sin temores

         y nostalgia.



Se abrió así una nueva realidad sin tantas penas y cadenas. Ya nadie habló mal. Y no hubo más gritos, ni golpes, ni palabras feas que escuchar.


El paraíso volvió a abrir sus puertas para todos. La Cruz del Sur volvió a nacer en todo su esplendor…Nunca más ningún ser se atrevió a dudar de su inteligencia e integridad…Las mentes vacías pidieron disculpas y se rindieron ante él.
          Los velos se fueron para siempre. La enseñanza que quedó será recordada para siempre: nunca se debe desviar la mirada de los valores auténticos de la vida: el amor, la justicia, la verdad y la armonía. Se escribió una nueva historia del sol.

          La alegría volvió a nacer en su corazón. Las lágrimas desaparecieron.

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